¿Cuándo acudir a terapia?

En primer lugar debo aclarar que no existen unos criterios universales para acudir a terapia. Se trata de una decisión valiente y personal para mejorar tu vida y la de los que te rodean.

El criterio más común para acudir, es el sufrimiento subjetivo experimentado por la persona que solicita ayuda, tomando la decisión de afrontar sus problemas y dificultades con el apoyo de un profesional.

Indicadores más comunes

El sufrimiento en general es muy difícil de cuantificar, y el sufrimiento psíquico mucho más. Pero existen algunos indicadores que enumero a continuación por los que sería recomendable pedir ayuda, siempre a un profesional:

-Sentimientos de culpa, inutilidad, inhabilidad o baja autoestima gran parte del tiempo.

-En caso de tener pensamientos negativos, intrusivos, obsesivos y catastrofistas gran parte del tiempo.

-En caso de miedo intenso a cosas, personas o situaciones que interfieran con su vida cotidiana, por ejemplo, conducir, espacios cerrados, perros, etc.

-Tener una sensación de miedo intenso y generalizado sin razón aparente.

-Si tienes la sensación de pérdida de control sobre las propias emociones, por ejemplo, ira intensa e incontrolada, llanto frecuente, vergüenza, etc.

-No ser capaz de asumir la ausencia de un ser querido y que dicha ausencia interfiriera en gran medida con las actividades tu vida cotidiana.

-Si sientes que tu vida carece de sentido, sensación de vacío existencial y perdida de interés por las cosas que antes te resultaban gratificantes.

-Sensación de soledad, aislamiento social e incapacidad para establecer nuevas relaciones.

-Si usted o un familiar consume sustancias legales o ilegales que interfieran en sus relaciones sociales, familiares o laborales.

-Si ha tratado de dejar de fumar sin éxito y continúa con el deseo de abandonar el tabaco pero no sabe cómo hacerlo.

La persona que acude a consulta expone su problema y con ayuda del profesional definen unos objetivos que resulten realistas, trabajables y alcanzables. En caso de que ambos estén de acuerdo pueden concertar nuevas sesiones para comenzar a trabajar.

A modo de conclusión, comentar que los psicólogos no nos dedicamos exclusivamente a la conducta, bajo mi punto de vista mal etiquetada como patológica, si no que nuestras áreas de trabajo son mucho más amplias; por ejemplo, mejorar las relaciones de pareja, adquirir nuevas habilidades sociales o recibir orientación sobre la crianza de los hijos.